Siempre digo, que mis clientes son una fuente de inspiración y aprendizaje que no tiene límites.
Ayer tuve sesión con una clienta con la que estamos a punto de finalizar su programa. Tiene un negocio consolidado que hasta ahora se ha nutrido del boca a boca. Sin embargo, había empezado a notar que su clientela se estancaba y que corría peligro de ir a la baja. ¿El problema? Tenía que salir a vender y no sabía cómo hacerlo. Quería crecer, abrir nuevos caminos, contactar con empresas para conseguir acuerdos de colaboración y vender nuevos servicios.
Al principio el miedo la paralizaba y fue lo primero que trabajé con ella. Una vez superado y roto el hielo, podríamos decir que está desatada, que ve oportunidades comerciales donde antes no las veía y que no para de promocionarse utilizando todos los canales que hemos elegido estratégicamente para su caso particular.
Sin embargo, ayer me decía que estaba desinflada. ¿El motivo? Que tiene pocas respuestas a su acción comercial. Decirte, Julio Cesar, que lleva apenas mes y medio con las nuevas acciones y que su ratio es bueno ya que ha conseguido varias reuniones, aunque aún no haya cerrado ninguna propuesta en concreto. En servicios a empresas de hecho, son siempre necesarias varias reuniones con un mismo cliente para cerrar un acuerdo.
¿Por qué se desinfla? Por algo que a todos nos pasa más de una vez: le pierde la impaciencia.
Y es que lo que marca la diferencia entre los que alcanzan sus metas y los que no es:
- Perseverancia, para seguir en la brecha pase lo que pase.
- Paciencia, porque los resultados tienen una parte que tiene vida propia porque no depende de ti.
- Constancia, porque si no eres constante en tus acciones jamás tendrás regularidad en tus ingresos.
"El PPC", me dijo. Me hizo mucha gracia hasta el punto de inspirarme este post que estás recibiendo hoy.
Sí, ese es el secreto para llegar y mantenerte en el nivel de ingresos que tú quieras, ese que te permite llevar el estilo de vida que quieres porque es el que te hace feliz.
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